
La publicación tardía y raquítica de la Orden de Módulos para el ejercicio 2024 vuelve a demostrar, un año más, el desconocimiento de la Administración sobre la realidad que vive el sector agrario español. No solo llega con un mes de retraso –cuando muchos agricultores ya han iniciado la campaña de la Renta–, sino que además excluye injustamente a buena parte de los damnificados por una campaña desastrosa.
El Ministerio de Hacienda ha hecho lo mínimo. Y lo ha hecho tarde. La esperada reducción del módulo en ovino y caprino, tanto en leche como en carne, es sin duda lo más destacable (del 0,26 al 0,18 en leche y del 0,13 al 0,09 en carne), pero está lejos de ser suficiente. En muchas zonas ni siquiera se han tocado los módulos, pese a los estragos evidentes de la sequía, las enfermedades ganaderas y fenómenos extremos como la DANA. ¿Dónde están las producciones de girasol en Soria, el maíz y las alubias en León, o los hortícolas de secano en Almería, las cebollas de Ciudad Real? ¿frutales y champiñón en La Rioja? ¿Dónde está la fiscalidad cero que merecen quienes lo han perdido todo?
El Gobierno sigue revistiendo como novedades medidas ya antiguas. La exención de los eco-regímenes en el IRPF lleva año y medio vigente. Los índices correctores que son los mismos año tras año. La reducción del 35% en gasóleo agrícola y del 15% en fertilizantes lleva instaurada hace dos años y nunca tendrían que haberla quitado ya que debería quedar fijada con carácter estructural debido a los incrementos de los costes de producción que asfixian a las explotaciones . No hay ideas nuevas, no hay voluntad de ajuste real. No hay, en definitiva, una política fiscal sensible con la situación límite que atraviesa el campo español. ¿Qué hacen con nuestros agricultores y ganaderos que están en Estimación Directa? ¿ Acaso no tienen derecho a compensaciones y reducciones sufriendo las mismas consecuencias y adversidades que el resto de contribuyentes del sector?
Desde ASAJA enviamos, como cada año informes exhaustivos con las incidencias meteorológicas y productivas de las zonas y de producciones afectadas , que acompañan a las propuestas de las comunidades autónomas. A veces se escuchan, otras veces –como en esta ocasión– simplemente se ignoran. No tiene sentido que en la Comunidad Valenciana, devastada por la DANA y la sequía, no se haya aplicado el módulo cero a todos los sectores afectados, pese a la evidencia del daño. Tampoco se entiende la arbitrariedad entre términos municipales colindantes que han sufrido exactamente los mismos efectos.
Andalucía ha sido otra de las grandes damnificadas. Aunque la orden recoge algunas reducciones para arroz, algodón, olivar o girasol, deja fuera a la ganadería extensiva en la mayoría de provincias. Y lo que es peor: excluye completamente al vacuno de carne, cuando todos los datos muestran un desplome de censos por enfermedades como la EHE o la tuberculosis.
El campo necesita un gesto real, no parches. Por eso, exigimos una reducción general del rendimiento neto del 15%, como ya se aplicó en 2023. Con la inflación y los costes disparados, mantener el 5% es un insulto a la lógica y una condena más a los que aún resisten. Hablamos de un sector que alimenta al país, sostiene el medio rural y exporta excelencia.
A este paso, no solo se abandonan producciones . Se abandona a las personas que los producen.
Por Juan José Álvarez, Secretario de Organización de Asaja. Experto en fiscalidad agraria de ASAJA