
El martes 20 de mayo, en 20 países de la Unión Europea, el sector agrario alzó la voz en una acción conjunta y coordinada sin precedentes. Agricultores y ganaderos de toda Europa —unidos bajo el paraguas de COPA-COGECA— salieron a la calle para advertir de un riesgo real y urgente: la posible desaparición de la Política Agraria Común tal y como la conocemos.
Las protestas tuvieron un mensaje claro: no a la integración de la PAC en un fondo único europeo que diluya su esencia, debilite su capacidad de respuesta y comprometa la sostenibilidad del campo europeo.
Ante los desafíos económicos, geopolíticos y climáticos, y frente a unas exigencias cada vez mayores impuestas al sector, las organizaciones agrarias reclaman a las instituciones comunitarias un compromiso renovado: una línea presupuestaria específica, estable y ajustada a la inflación en el próximo Marco Financiero Plurianual.
Porque sin presupuesto no hay PAC, sin PAC no hay agricultores, y sin agricultores no hay seguridad alimentaria.
Es más que un lema. Es un aviso.
A falta de una respuesta clara por parte de la Comisión Europea, las organizaciones anuncian que seguirán movilizadas. El castillo de naipes no se sostiene solo. Europa necesita un campo fuerte, y el campo necesita certezas.