
Desde el inicio de la guerra, las importaciones de trigo blando en Europa se han multiplicado por siete, distorsionando gravemente los mercados y expulsando al cereal español de su propia casa. “El campo español no puede ser moneda de cambio geopolítico. Si no se actúa ya, miles de explotaciones desaparecerán en los próximos meses ante el hundimiento de los precios en origen y el imparable aumento de los costes”, advierten.
Las organizaciones profesionales agrarias ASAJA, COAG y UPA han remitido una carta conjunta al Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, para denunciar la crítica situación que atraviesa el sector cerealista español. A pesar de que la climatología ha sido favorable este año, el hundimiento de los precios en origen y el imparable aumento de los costes de producción han llevado al sector a una situación de pérdidas generalizadas.
“La campaña de cereales arranca con números rojos para nuestros agricultores”, advierten las organizaciones, que acusan a la Unión Europea de haber cometido un grave error al permitir, sin control ni salvaguardas, una entrada masiva de grano procedente de Ucrania. Desde el inicio de la guerra, las importaciones de trigo blando en Europa se han multiplicado por siete, distorsionando gravemente los mercados y expulsando al cereal español de su propia casa.
ASAJA, COAG y UPA recuerdan que en los últimos 20 años se han perdido cerca de un millón de hectáreas de cultivos herbáceos en España, desplazadas en su mayoría por cultivos leñosos, lo que evidencia una profunda crisis estructural que amenaza la viabilidad de los cultivos tradicionales. “Si hoy España mantiene cierta producción cerealista es gracias al esfuerzo de los agricultores y a la innovación en semillas e insumos. Pero eso no basta frente a un mercado desregulado que les deja vendidos”, afirman.
Las organizaciones reclaman con urgencia dos medidas clave:
- La revisión inmediata del acuerdo comercial con Ucrania, estableciendo límites a la entrada de trigo y cebada que permitan la supervivencia del productor europeo.
- La puesta en marcha de una línea de ayudas económicas específica para los cerealistas españoles, tal y como ya se ha hecho en otros países europeos.
- La activación de una ayuda directa para compensar el sobrecoste de los fertilizantes, incluyendo aquellos ya adquiridos en esta campaña, con el fin de amortiguar el desmesurado incremento de precios provocado por los aranceles y otros costes añadidos que están asfixiando a los agricultores.
“El campo español no puede ser moneda de cambio geopolítico. Si no se actúa ya, miles de explotaciones desaparecerán en los próximos meses”, concluyen ASAJA, COAG y UPA.
FUENTE: ASAJA NACIONAL