El sector agropecuario se prepara para una de las jornadas festivas más especiales, marcada por la devoción de los que trabajamos en el campo. Orgullosos de nuestra profesión, esperamos que el calendario marque el 15 de mayo para celebrar el día de nuestro santo patrón, San Isidro Labrador.
Es la fecha destacada en la que toca homenajear a nuestros agricultores y ganaderos. Como guardianes de la tierra, merecen nuestro apoyo incondicional. Además, es momento para pedir respeto, equidad y políticas que reconozcan y aborden las complejidades y desafíos de su vital labor. Desde ASAJA trabajamos arduamente para que se reconozca esta profesión tan noble, honrosa y generosa. Una profesión, sin embargo, que se pone en peligro cuando la rentabilidad está en jaque. Y es que este venerable sector -que es, sin lugar a dudas, estratégico para nuestra supervivencia y prosperidad- se encuentra hoy en un punto de inflexión crítico.
Este año hemos tenido a los tractores en las calles y carreteras como telón de fondo. Una protesta sostenida por quienes labran la tierra y cuidan del ganado, aquellos cuyas voces se alzan no solo en demanda de justicia, sino en defensa de un futuro viable. Por eso, pedimos a San Isidro que haga resonar en las conciencias del poder el eco de nuestras demandas, para que recuerden que el sector agropecuario es y será el gran activo estratégico.
Además, nos acercamos a un periodo de elecciones europeas y renovación de compromisos políticos. Por eso, es imperativo que los actores de la toma de decisiones, imbuidos de una nueva sensibilidad hacia las realidades del campo, pongan la agricultura y ganadería en el centro de su visión. No como un gesto simbólico, sino como un reconocimiento real de su esencialidad.
¡VIVA SAN ISIDRO!